Sudafrica 2010

Sudafrica 2010
CAMPEONATO MUNDIAL

 

Free counter and web stats
 

martes, 13 de julio de 2010

España Campeón de la Copa Mundial Sudáfrica 2010


JOHANNESBURGO, Sudáfrica - 11 de julio: Iker Casillas de España celebra el levantamiento de la Copa del Mundo con sus compañeros de equipo durante el partido de la FIFA 2010 Copa del Mundo Sudáfrica final entre Holanda y España en el estadio Soccer City el 11 de julio de 2010 en Johannesburgo, Sudáfrica. (Foto de Jamie Imágenes McDonald / Getty)


Julio 11, 2010
Soccer City Stadium, Johannesburgo, Sudáfrica

ESPNdeportes.com

JOHANNESBURGO - De manera agónica, como no podía ser de otra forma, en la prórroga, con un gol del mago Andrés Iniesta, España fue recompensada por el fútbol después de casi un siglo y alcanzó la anhelada gloria del título mundial al imponerse a una Holanda que estuvo alejada de su fútbol habitual.
La 'Roja', campeona de Europa hace dos años en Viena, se coronó en el Soccer City de Johannesburgo como el mejor equipo del momento y rubricó un trienio de ensueño.
Todo un premio a una generación grandiosa, que ha llevado al fútbol español a la excelencia y a las más altas cotas, y todo un castigo para una selección holandesa que distó notablemente de la imagen mostrada hasta ahora y que no fue digna heredera de aquellas generaciones grandes que lideraron Johan Curyff y Marco van Basten, y cayó en su tercera final de un Mundial tras la de Alemania'74 y Argentina'78.
España fue mejor, sin discusión. Pudo haber ganado antes, mucho antes, pero también podía haber perdido si no surge, de nuevo, su gran capitán, Iker Casillas, para amargarle la noche a su ex compañero Arjen Robben.
Del Bosque volvió a confiar en Pedro en detrimento de Fernando Torres, tras el espectacular partido que jugó en semifinales ante Alemania, en tanto que Bert van Marwijk recuperó para la causa, tras cumplir su sanción ante Uruguay, al lateral diestro Van der Wiel y al medio centro De Jong.
España asumió de salida su rol dominador. Llevó las riendas, quizá hasta más de lo esperado ante una Holanda que prácticamente no quiso o no pudo jugar, porque la presión de los pupilos de Del Bosque también se lo impidió.
Lo más extraño fue que el cuadro 'oranje' se dedicó a destruir de manera exagerada, hasta de forma excesivamente brusca para jugadores que se caracterizan por su calidad.
Pero Holanda consiguió lo que quería. Frenar el juego español. El primer cuarto de hora fue alentador para la 'Roja', que mandó con autoridad y tuvo, en doce minutos, tres claras ocasiones para abrir el marcador, dos de Sergio Ramos y una de Villa.
No encontraron el destino y los de Van Marwijk consiguieron frenar la avalancha de fútbol que se les venía encima cortando el juego constantemente aún a costa de tarjetas que pudieron convertirse, sobre todo una patada de Nigel de Jong en el pecho de Xabi Alonso, en rojas.
Holanda tan solo tenía el recurso de los intentos de internada de Robben y la movilidad de Wesley Sneijder, pero le bastaba para ahogar, con el duro trabajo de contención, y secar la fábrica del fútbol español, dificultar la visión de Xavi y las maniobras de Iniesta pese a la movilidad de Pedro y el desgaste delante de Villa.
Las constantes interrupciones acabaron ofreciendo una primera mitad hasta fea, que se cerró con dos ocasiones de Holanda, en un remate fallido de Mathijsen y en un disparo de Robben que sacó Casillas junto a su palo izquierdo.
Hubiera sido un premio demasiado grande para una timorata Holanda y un castigo exagerado para una España que a partir del cuarto de hora no pudo huir de la trampa de su rival, que continuó por los mismos derroteros tras el descanso.
No podía haber fluidez ni continuidad. A la escasez de ideas se le añadía que el partido estaba más tiempo parado que en juego. Y estuvo a punto de aprovecharlo a los 60 minutos Holanda en un balón con el que se hizo Sneijder en el centro del campo, envió en profundidad a Robben, que se quedó solo ante Iker Casillas, pero el guardameta del Real Madrid volvió a convertirse en un 'santo' al sacar el remate de su ex compañero.
Para entonces ya había saltado al campo Jesús Navas en lugar de Pedro. El extremo diestro del Sevilla no tardó en hacerse notar y provocó en una internada una clamorosa ocasión de David Villa, cuyo disparo a gol lo salvó Heitinga.
Decir que el encuentro estaba abierto es decir poco. Se mascaba la tensión. En cualquier momento se podía desnivelar la balanza en uno y otro lado, aunque volvió a ser España, con un remate en solitario de Sergio Ramos que se le marchó alto, la que tuvo su gran opción.
Holanda pareció acusar el tremendo desgaste y se replegó atrás ante el acoso del conjunto de Del Bosque comenzaba a ejercer de manera insistente, pero los tulipanes no estaban muertos. Dispusieron de una contra letal y Robben de nuevo perdió ante Iker. El resultado el mismo de antes. El capitán español le arrebató el balón y evitó el gol.
España, pese a la entrada de Cesc Fábregas, no fue capaz de encontrar la dinámica mínima para desbordar nuevamente a un equipo tanto bien plantado atrás como el de Van Marwijk, cuya apuesta estuvo a punto de dar sus frutos pero que no puede ocultar su avaricia en cuanto a la fabricación y su excesivo juego duro, que desesperó por momentos a Iniesta y compañía.
Y perdonó España en la prórroga, porque después de un posible penal de Heitinga a Xavi cuando el barcelonista iba a rematar, Cesc, Iniesta y Jesús Navas tuvieron en sus pies de nuevo la sentencia y no la encontraron.
Del Bosque se jugó su última carta en el descanso del período adicional y optó por dar entrada a Fernando Torres en lugar de Villa, quien perdía así la opción de acabar como lìder en solitario de la tabla de artilleros.
Se le puso de cara a España la última fase cuando Heitinga fue expulsado a falta de once minutos por ver la segunda amarilla al agarrar a Iniesta cuando el barcelonista se iba en solitario.
Holanda ya se dedicó a esperar los penales con más claridad que hasta entonces, pero ahí surgió, inconmensurable, Iniesta, quien había sido castigado por infinidad de faltas, para, como hizo con el Barcelona en la Liga de Campeones, dar la mayor alegría de la historia al fútbol español.
Quedaban cuatro minutos, más la prolongación, pero Holanda, sin capacidad, echada toda a perder en la destrucción, fue incapaz de arrebatar la gloria a una España que fue sin discusión mejor y se proclamó más que digna campeona del mundo.



jueves, 8 de julio de 2010

España frenó a Alemania y es por primera vez finalista de un Mundial

ESPAÑA
1

VS

ALEMANIA
0


AGENCIA: EFE
PM ET, julio 7, 2010
Durban Stadium


DURBAN -- España alcanzó la final del Mundial 2010 al derrotar a Alemania por 1-0, el mismo resultado en la reedición de la final de la Eurocopa 2008, en esta ocasión con un tanto de furia de Carlos Puyol, que premió un recital de fútbol de una selección que vive el momento más dulce de su historia. Así, el seleccionado español se metió por primera vez en la definición de una Copa del Mundo de fútbol.
El Mundial de Sudáfrica ha premiado al fútbol de equipo por encima de las individualidades. Selecciones marcadas por un líder están en casa. En épocas en las que el físico se impone, España y Alemania son una oda al fútbol. Un ejemplo de calidad, brillantez compartida en las dos selecciones del momento en el mundo.
Del Bosque recogió la 'generación de oro' del fútbol español y la conduce a una nueva dimensión. Joachim Löw ha liderado la modernización de Alemania. Ha convertido el histórico fútbol rocoso basado en el físico en un juego vertical de calidad y tremenda pegada. El seleccionador español admira su trabajo y el de Oliver Bierhoff en la dirección deportiva. Es el gran secreto. Su labor de captación de jóvenes de todos los orígenes en barrios humildes.
España tenía un plan. Falló porque el destino no tenía un guiño reservado para Cesc Fabregas y se cambiaron las piezas. Iba a ser titular pero un golpe en el peroné recién operado hizo girar los planes sobre la marcha.
Fernando Torres anda alejado de su mejor versión. Ha tenido oportunidades en las que solo dejó trabajo. Era la hora de Pedro Rodríguez. Un futbolista tocado con una varita esta temporada, autor de goles en todas las competiciones que ganó el Barcelona. Del Bosque se la jugó y acertó en un momento decisivo.
Se plantó España con la columna vertebral del club azulgrana. Hasta siete jugadores en el equipo titular. Tenía la 'Roja' reservado su mejor fútbol para la cita más importante de su historia. Era la primera vez en todo el Mundial que se medía a un rival que hablaba su idioma. Que saldría con las mismas armas. El inicio fue una declaración de intenciones.
Exhibió el fútbol que cambió el rumbo de España desde hace dos años. Con Pedro, la apuesta de Del Bosque, clave con su movilidad entre líneas y tapando las subidas de Lahm. Minimizó a Alemania con toque, encerrándola en su terreno. Asociándose en paredes con una exhibición de calidad a la que sólo le faltaba el gol.
Siempre jugó España mejor con cinco jugadores partiendo del centro del campo. Todo sistema tiene ventajas e inconvenientes. Lo malo fue la ausencia de remate en los centros de los laterales desde las bandas. Sergio Ramos y Capdevila no encontraron a nadie. Con Villa y la llegada desde segunda línea de Pedro, Xavi e Iniesta, faltaban centímetros ante las torres germanas.
Corrían detrás de sombras los futbolistas alemanes. En el torneo, repleto de brillantez, no estaban acostumbrados. El toque generaba espacios y los desmarques ocasiones. Un pase en profundidad de Pedro a Villa provocó la primera clara. Lanzándose al suelo remató al cuerpo de Neuer, rápido en su salida.
Se vio obligada a jugar al contraataque Alemania, con puñales como Özil y Podolski, balones cruzados a la movilidad de su goleador, Klose. Carles Puyol rescató su mejor versión. Inconmensurable. Tuvo el gol en una acción ensayada. El centro medido de Iniesta lo remató en plancha por encima del travesaño. A días de anunciar su adiós en la selección, su momento estaba por llegar.
Alemania tenía el susto en el cuerpo. Se veía superada por primera vez en el Mundial pero España no remataba su dominio. Los disparos de Ramos y Xabi Alonso no encontraban puerta, Iker Casillas mostraba su fuerza por arriba en acciones a balón parado con las que despertó la selección teutona. Trochowski lo plasmaba con un 'latigazo' ante el que voló el capitán de la 'Roja' y lo sacó con la manopla izquierda.
Fue la tónica en el cierre del primer acto. La rapidez alemana pilló descolocada a la zaga, por una mala anticipación de Puyol, y con superioridad en la contra la acción acabó con Özil derribado dentro del área por Ramos. El árbitro no vio penal.
El duelo no empequeñeció en la reanudación. Cada selección con sus armas. España con el dominio y la calidad. Alemania con capacidad de sufrimiento y oleadas ofensivas en minutos de asedio. Pedro prosiguió su reivindicación. Sus diabluras trajeron de cabeza a Jerome Boateng hasta que fue sustituido. Las dos acciones acabaron en disparos potentes de Xabi alejados del arco.
El gol estaba en la mente de los españoles. Faltaba encontrar el camino correcto. Villa no cejaba en el intento. Con un disparo desde el lateral probó a Neuer. El acoso de la 'Roja' sacó la seguridad del arquero germano. Salvó como pudo un disparo duro de Pedro. En un minuto, el 57, en el que rozó el gol.
Iniesta apuró en la izquierda hasta la línea de fondo, soltó un pase al que no llegó Villa por milímetros. Alemania no había sufrido ningún gol en una segunda parte del Mundial.
Y volvió a resucitar gracias a un remate alto de Klose. Llegó ante Iker con su fuerza habitual y la calidad de la nueva generación de futbolistas que posee. Un centro de Podolski desde el costado izquierdo encontró solo a Kroos. Rompió el esférico y Casillas respondió ágil de reflejos.
Hacía falta un golpe de fortuna que cambiase el destino. Llegó en el minuto 73. Un saque de esquina botado por Xavi rescató la furia que siempre marcó a España. Con Puyol lanzándose a la gloria. Un país entero rematando el balón en plancha, lo ubicó con potencia en la red. Era el premio al fútbol espectacular que tenía reservado España para el momento más grande de su historia.
Restaban 17 minutos de sufrimiento. Con un nuevo panorama. Alemania agotando todos sus cambios ofensivos y España replegándose en defensa. Exhibiendo el poder en el juego aéreo de Piqué, Puyol, Ramos y Busquets. El acoso germano no encontró el premio esta vez. El fútbol no le premió con un gol a última hora.
Los cambios de Del Bosque devolvieron la velocidad en la contra. Pedro perdonó la sentencia en la ocasión más clara de la noche, con Fernando Torres solo para marcar. Restaban minutos repletos de garra defensiva. España estaba escribiendo la página más brillante de toda su vida. Llegó el final y se desbordó la alegría. Ganó el fútbol. La brillantez.
La 'Roja' había tumbado al equipo que mejor juego había mostrado en el Mundial para vivir su primera final. Será ante Holanda. El éxito ya está firmado.


martes, 6 de julio de 2010

Holanda venció a Uruguay y se metió en la gran final del Mundial

HOLANDA
3

VS

URUGUAY
2


CIUDAD DEL CABO, Sudáfrica - 06 de julio: Arjen Robben de las puntuaciones de los Países Bajos el tercer gol de su equipo durante la Copa Mundial de 2010 coinciden con Sudáfrica semi final entre Uruguay y los Países Bajos en el Green Point Stadium el 06 de julio 2010 en Ciudad del Cabo, Sudáfrica . (Foto por Doug Pensinger / Getty Images)

Julio 6, 2010
Green Point Stadium, Ciudad del Cabo, Sudáfrica

AGENCIA: EFE

CIUDAD DEL CABO -- El tren con destino final en Johannesburgo paró en Ciudad del Cabo para Uruguay y se llevó a Holanda con una victoria por 3-2 que le dará el 11 de julio la oportunidad de volver a luchar por un inédito título en un Mundial o repetir los segundos lugares de Alemania '74 y de Argentina '78.
Dos goles en apenas tres minutos anotados por Wesley Sneijder y Arjen Robben, a los 70 y 73, cambiaron la historia de un partido que se mostraba muy equilibrado entre las dos selecciones que llegaron a las semifinales como auténticas sorpresas.
La ventaja se hizo inalcanzable y tornó estéril el postrero tanto del lateral derecho Maximiliano Pereira (m.92), que dio más emoción a un remate de partido seguido por más de 62.000 espectadores en el que los holandeses terminaron contra las cuerdas a pesar de haber desperdiciado varias oportunidades tras la puntilla de Robben.
Los "oranje" ampliaron a 24 el número de partidos sin perder, una racha que comenzó en 2008, y en el Mundial de Sudáfrica es la única que ha ganado sus seis compromisos y hora espera el desenlace de la semifinal, este miércoles, entre Alemania y España.
Sneijder, volvió a ser proclamado figura, como lo fue en el partido que ganaron de remontada a Brasil en la fase de cuartos de final.
El primer tiempo premió al fútbol con dos soberbios goles a unos 35 metros de las porterías anotados por los capitanes zurdos.
El primero, del capitán holandés Giovanni Van Bronckhorst, con un zapatazo desde la banda izquierda que se filtró en la escuadra ídem de Fernando Muslera, a los 18 minutos. Y el otro de Diego Forlán que clavó en el centro de la portería a los 41, luego de recibir desde el punto central de la cancha un pase de Mauricio Victorino.
Estos dos golazos demostraron que el remate a distancia ayudado por la trayectoria irregular del 'jabulani' sería el 'ábrete Sésamo' para un partido de mucha paciencia y cuidado.
El entrenador Oscar Washington Tabárez había reconocido la víspera que comparados con las otras tres selecciones finalistas, los suyos tenían menos cualidades en el dominio del balón.
Por eso, Uruguay pareció esta vez preferir entregarlo al rival, blindarse atrás para aguantar la presión y buscar la sorpresa en cualquier momento con una pesca milagrosa de Forlán o Edinson Cavani.
Pero temprano, a los cuatro minutos, la zaga "celeste" se llevó un susto con un mal corte de Fernando Muslera para desviar centro del lateral derecho Demy De Zeeuw, pero el puntazo de Dirk Kyut, libre de marca, pasó centímetros arriba del horizontal.
Holanda pareció tomarse su tiempo para encontrar el camino, movió sus fichas sin presión con la premisa de que Robin Van Persie se ocuparía de entretener a Diego Godín y Mauricio Victorino.
En forma simultánea, atrás, a pocos metros del irregular jugador del Arsenal, el trío Kuyt, Arjen Robben y Wesley Sneijder se encargarían de enloquecer con sus rotaciones a los laterales Maxi Pereira y Martín Cáceres, así como a la primera línea de contención en la mitad. El nerviosismo traicionó por momentos a los uruguayos, especialmente a los hombres que entraron a suplir bajas: Cáceres y Egidio Arévalo.
Pero la dinámica de los "oranje" no impactó, Sneijder pasó perdido en la primera etapa, Robben y Kuyt terminaron cargando el piano mientras Van Persie por momentos estorbaba, como un mueble viejo.
El entrenador Berd Van Marjwik mostró al salir del vestuario para el segundo tiempo que tenía más dudas y preocupaciones que Tabárez: sacó a De Zeeuw y puso al madridista Rafael Van Der Vaart. Holanda tardó en carburar y, a medida que pasaban los minutos, los uruguayos más cómodos se sentían en la cancha del Green Point.
Cavani se tornó una seria preocupación para John Heitinga y Khalid Boulahrouz, mientras que del otro lado Joris Mathijsen y Van Bronckhorst tenían que apretar los dientes cada vez que Forlán volvía a la carga.
Otra vez Stekelenburg en el suelo para conjurar un remate franco del astro del Atlético de Madrid a los 67 minutos, y de nuevo Muslera con sus manos flojas para contener un remate y la suerte divina que impidió a Robben anidar en su red el rebote.
Uruguay parecía tenerlo todo controlado. Y Holanda no maduraba en su juego, hasta cuando Sneijder, de nuevo él, volvió a mostrar su tarjeta de presentación con un remate envenenado que tocó piernas uruguayas y fue a morir cerca al vertical izquierdo.
Corrían 70 minutos, Ciudad del Cabo parecía volver a ver triunfantes el paso de los holandeses, como cuando se instalaron hace 358 años, el 6 de abril de 1652. Y lo confirmaron tres minutos después, cuando Kuyt ganó espacio en el carril izquierdo y levantó un centro con precisión que Robben conectó en un salto que dejó sin opciones a Godin.
El balón explota en el vertical derecho de Muslera y establece el 3-1 imponente, decisivo para abrir nuevas historias para el fútbol de ambos países y los continentes que representan. Forlán se fue de la cancha cuando se habían desvanecido las ilusiones de Uruguay de volver a una final mundialista, como la que ganaron a Brasil en Río de Janeiro, hace 60 años.
Y Sudamérica cedía a los europeos la posibilidad de ganar por primera vez la Copa del Mundo fuera de ese Viejo Mundo, y de tomar ventaja en el número global del títulos, que hasta Alemania 2006 establecía nueve para cada región.


lunes, 5 de julio de 2010

España sufrió, pero venció a Paraguay

ESPAÑA
1

VS


PARAGUAY
0


JOHANNESBURGO, Sudáfrica - 03 de julio: El equipo de España celebran con David Villa después de que las puntuaciones primer gol de su equipo durante el partido de la FIFA 2010 Copa del Mundo del Sur Barrio África final entre Paraguay y España en el Ellis Park Stadium el 03 de julio 2010 en Johannesburgo, Sudáfrica África. (Foto de Juinen Jasper / Getty Images)


Julio 3, 2010
Ellis Park, Johannesburgo, Sudáfrica
ESPNdeportes.com

JOHANNESBURGO - No podía ser otro, ni de otra forma. Está protgonizando un Mundial de ensueño, como en la Eurocopa. David Villa acabó, con suspenso y a poco del final, con el maleficio de la selección española: su gol la dio el pase a semifinales del Mundial y acabó con el sueño de una Paraguay, que fue un rival más que duro y que estuvo a poco también de seguir en el torneo.
Era un momento para la gloria, hispana y guaraní. Todo por un sueño. Los paraguayos se presentaban por primera vez en estas instancias y España pretendía derribar el muro de los cuartos.
Y después de mucho sufrimiento, hasta de angustia y zozobra por momentos, Villa culminó una espléndida jugada de Andrés Iniesta, con disparo previo al poste de Cesc Fábregas. El remate del asturiano dio en el otro palo, pero el suyo finalmente entró.
El cuarto puesto de Brasil '50, edición en la que se disputó una liguilla, era la mejor actuación de España en los Mundiales. Desde entonces se encadenaron decepción tras decepción para la 'roja'. Ahora, 60 años después, iguala cuanto menos esa actuación a la espera de disputar la gran semifinal ante Alemania, verdugo de Argentina.
Vicente del Bosque confió en el once inicial de los partidos frente a Chile y a Portugal. No quería tocar lo que había funcionado y encima iba a más a lo largo del torneo.
Mientras tanto, Gerardo Martino apostó por Oscar Cardozo como referencia en ataque y por el veloz Nelson Haedo Valdez a su espalda, así como por un poblado centro del campo.
El técnico argentino del cuadro guaraní planteó una presión muy adelantada para anular la salida de balón española y con constantes ayudas. Bloqueó casi por completo a la 'roja', en esta ocasión con casaca azul marino, que careció de precisión y fluidez para hacer realmente daño ante el arquero del Valladolid, Justo Villar.
Jonathan Santana dio el primer aviso a Iker Casillas antes de cumplirse el primer minuto. Era la advertencia de Paraguay de que, pese a plantear una disposición defensiva, de contención, pensaba plantar batalla a la zaga española a la mínima que pudiera.
De hecho, en el primer periodo Paraguay fue la que incomodó más en los últimos metros. Tampoco mucho, pero algo más que la selección española, cuya producción ofensiva se vio reducida a intentos en solitario de David Villa, una escapada sin final de Fernando Torres y a un disparo desde fuera del área de Xavi Hernández que salió por encima del travesaño.
El cuadro de Del Bosque, aún dominando claramente la posesión del esférico, no encontraba el camino en medio de una espesura por momentos desesperante.
Incluso se llevó poco antes del descanso un susto cuando Valdez batió a Iker Casillas tras un pase en profundidad, pero el árbitro anuló el gol por fuera de juego de Cardozo, quien tuvo inicialmente intención de buscar el balón.
Aunque España pareció mejorar en la salida del segundo tiempo, Del Bosque no tardó en llamar a Cesc Fábregas en busca del rescate, pero su ingreso coincidió con los minutos de frenesí y locura del encuentro, con dos penales que Iker Casillas, primero a disparo de Cardozo, y Justo Villar después, tras tiro de Xabi Alonso, abortaron con sendas atajadas.
Xabi Alonso lo marcó inicialmente, pero el árbitro guatemalteco Carlos Batres lo mandó a repetir por invasión del área. El madridista cambió su disparo de lado y Villar se lo adivinó. El juez, luego de la atajada del arquero paraguayo, no vio un nuevo penal cometido por Villar a Cesc.
Estas acciones enloquecieron el partido. Se abrió. Paraguay pasó del mazazo a la alegría y España se descompuso algo, con lo que creció también hacia delante. Las ocasiones, aún siendo más numerosas para los de Del Bosque, llegaron en ambas áreas.
También entraron en escena Santa Cruz, en el bando 'albirrojo', e incluso Pedro Rodríguez, el goleador talismán del Barça, en España, y en el intercambio de llegadas sobrevino la magnífica acción individual de Iniesta, el posterior disparo en el palo de Cesc Fábregas y la culminación de Villa.
Quedaban siete minutos por delante, siete minutos hacia la ilusión y de inquietud, porque Paraguay quemó todos los cartuchos con Cardozo, Santa Cruz y Lucas Barrios.
Estos dos últimos tuvieron la ocasión del empate pero Iker Casillas salvó por partida doble, aunque también tuvo su opción poco después Villa para cerrar la contienda.


sábado, 3 de julio de 2010

Alemania demolió a la Argentina y es semifinalista

ARGENTINA
0

VS

ALEMANIA
4
Argentina el entrenador Diego Maradona reacciona durante el partido de Copa del Mundo de fútbol de cuartos de final entre Argentina y Alemania en el estadio de Green Point en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, Sábado, 03 de julio 2010. (Foto AP / Gero Breloer)

Julio 3, 2010
Green Point Stadium, Ciudad del Cabo, Sudáfrica
ESPNdeportes.com
CIUDAD DEL CABO -- Alemania fulminó a Argentina, la goleó con toda la contundencia con la que venía ganando la albiceleste, puso al descubierto las miserias del equipo de Diego Maradona y, de paso, demostró al mundo que no es un candidato casual al Mundial de Sudáfrica sino un favorito serio.
Como hace cuatro años, Argentina cayó en cuartos y ante el mismo rival. Pero entonces lo hizo en la tanda de penaltis y ahora bajo una tormenta de goles germanos.
Por quinto Mundial consecutivo, Argentina cae ante una selección europea y lo hace un día después de que perdiera Brasil frente a Holanda en la misma ronda, poniendo en duda el presunto dominio futbolístico de Latinoamérica.
Los germanos se cuelan entre los cuatro mejores del mundo tras haber dejado de lado a dos de las favoritas, primero a Inglaterra y luego a una Argentina que no conocía la derrota, que venía dejando muestras de contundencia ofensiva y ambición.
El equipo de Maradona perdió porque se enfrentó a un rival más serio, que sacó partido de todas las carencias que hasta ahora habían quedado tapadas por su contundencia ofensiva, por la potencia de su delantera, auténtica dinamita que había desarbolado a todos sus rivales sin necesidad de orden táctico, de disciplina.
Pero contra Alemania eso no fue suficiente. Las estrellas albicelestes no brillaron. Messi anduvo menos presente y el equipo se derrumbó como un castillo de naipes, como un gigante con los pies de barro. Cuando falló la pegada, no había nada para suplirlo.
Perdió un partido que se puso cuesta arriba desde el minuto 3, cuando Müller, el joven jugador que hace cuatro meses Maradona había confundido con un recogepelotas y que ya lleva cuatro tantos en este Mundial, anotó el primero de la tarde en el minuto tres. No obstante, Muller no marcará en las semifinales, porque vio una amarilla que le impedirá jugar esa ronda.
El marcador en contra pesó como una losa. Argentina descubrió una situación inédita, desconocida para un equipo acostumbrado a remar a favor de corriente, arriba en el marcador y no a verse con prisas, urgencias y obligaciones.
En ese contexto nada funcionó. El equipo empujó con brío, con el corazón que tanto les ha pedido su seleccionador, pero sin orden. Fue una ofensiva apasionada pero tan ineficaz como contundentes habían sido las de los partidos anteriores.
Quien más lo intentó fue Ángel di María, el mejor de su equipo, el más activo en la incorporación al ataque, más acertado que en los partidos anteriores. Dejó en el césped su mejor versión, tanto cuando comenzó por la izquierda, su puesto natural, como cuando se desplazó a la derecha para buscar soluciones al marcador en contra.
Messi apareció menos, perdido en la maraña alemana, obligado a bajar a buscar el balón muy lejos de la portería, donde no se puede ser letal, donde su magia pierde poder y su influjo en el juego es menos determinante.
Tévez le puso genio pero poco más e Higuaín participó menos en el juego.
Fue poca la propuesta argentina. Media docena de jugadas que apenas llegaron a despeinar la tela tejida por Joachin Löw.
Lo intentaron desde lejos pero sin fuerza, trataron de entrar en el área pero sin acierto. Se estrellaron una y otra vez. Y Messi no aparecía.
Impotente, sin respuestas, Argentina se conformó con dominar pero sin crear grandes ocasiones, mientras Alemania acechaba, aguardaba en sus cuarteles de invierno a que la albiceleste dejara sus huecos.
Los tuvo la "Mannschaft", que volvió a demostrar que a la contra es una máquina bien engrasada. Pudo marcar Klose tras una brillante jugada de Müller. Y el propio Müller a pase de Lahm.
Sus ocasiones eran más claras que las argentinas, pero la intensidad la ponían los albicelestes.
En el segundo tiempo buscaron más el gol, con más ahínco, pero con el mismo desacierto. Su empuje rompió el partido, lo hizo de ida y vuelta, sin rumbo, a la merced de cualquiera, un correcalles sin sentido que dejó los minutos más atractivos y emocionantes.
Del intercambio de golpes salió beneficiada Alemania, la que tenía un poco más de orden y clarividencia.
En el minuto 68 Müller demostró que está enchufado en el Mundial y, desde el suelo, acertó a servir a Podolski que se internó en el área para centrar a un Klose que marcó libre de marca.
El segundo tanto acabó por quebrar a Argentina. Sólo quedaba la heroica, lanzarse a por todas a la desesperada. Pero Alemania no dio tiempo a Argentina a preparar la respuesta. Siete minutos más tarde Schweinsteiger dejó sentados a cuantos defensas albicelestes le salieron al paso y sirvió para que Friedrich sentenciara el encuentro.
Todavía tuvo tiempo de marcar el cuarto Klose en otra jugada al contragolpe, lo que le deja a las puertas de ser el máximo goleador de toda la historia de los Mundiales.
Era la sentencia a una selección argentina que sucumbió de alto, con estrépito, desarbolada por un equipo ordenado que se mete entre los cuatro mejores del mundo y presenta su candidatura a más, nadie sabe a cuanto más, porque su juventud llena de incertidumbre su suerte.
A tanto como aspiraba hasta ahora la Argentina de Maradona, que vio como sus estrellas dejaban de brillar el día más necesario.

viernes, 2 de julio de 2010

Locura uruguaya: en definición por penales, Abreu le dio el pasaje a semifinal



URUGUAY
(4) 1

VS


GHANA
1 (2)

Diego Forlán de Uruguay, a la izquierda, y Vorsah Ghana Isaac van por el balón durante el partido de Copa del Mundo de fútbol de cuartos de final entre Uruguay y Ghana en Soccer City en Johannesburgo, Sudáfrica, Viernes, 02 de julio 2010. (Foto AP / Rebecca Blackwell)

Julio 2, 2010
Soccer City Stadium, Johannesburgo, Sudáfrica

ESPNdeportes.com



JOHANNESBURGO - Dos penales atajados por Fernando Muslera y un penal decisivo que "picó" Sebastián Abreu, el último de la serie, dieron el pase a la semifinal del Mundial a la selección de Uruguay tras un pésimo partido de fútbol en el que la emoción del final compensó el poco juego visto en los 120 minutos del encuentro.
No se puede pedir más suspenso en un partido con tan poco fútbol ya que, además, en el minuto 120 de juego, el último del suplementario, la selección de Ghana dispuso de un penal por unas mano de Luis Suárez en la línea de gol (si no lo hacía era gol para el conjunto aricano) y el balón lanzado por Gyan dio en el travesaño.
Uruguay, que jugó de visitante en un estadio volcado con la selección de Ghana, se metió por quinta vez en su historia entre los cuatro mejores equipos del Mundial, y el equipo africano no pudo darle esa satisfacción a su continente.
El fútbol brilló por su ausencia en el tramo inicial del partido, con dos equipos indecisos e imprecisos, que no sólo no coordinaban acciones de peligro ante la valla rival, sino que eran incapaces de dar dos pases seguidos.
En esta fase de apatía o de respeto inicial, la selección uruguaya estuvo ligeramente por encima de la ghanesa y dispuso de dos opciones de gol, una muy tímida en un remate de cabeza de Cavani (sobre los 18) y otra un poco más clara en un disparo de Suárez, a los 26.
El equipo uruguayo basaba su potencial ofensivo únicamente en acciones a balón parado: faltas y córners que lanzaba Forlán sin el acierto que iba tener tras el descanso.
A la media hora se acabaron las fuerzas de Uruguay en el primer período, ya que a partir de un remate de cabeza de Vorsah, en el minuto treinta, el juego estuvo del lado de Ghana.
Lo estuvo más por ocasiones de gol que por juego. Fue una fase del partido en la que los jugadores africanos dispusieron de varias opciones, lo que se unió a unos minutos plagados de adversidades para Uruguay, primero con la lesión y sustitución del capitán Lugano por Scotti, y luego por un fuerte golpe en la cabeza de Fucile.
Ya en tiempo adicionado, una jugada en la que la defensa uruguaya estuvo muy pasiva, se produjo un disparo lejano de Muntari, ayudado por la pantalla que hizo Gyan al balón para que Muslera no lo viera, que acabó en la red y propició un marcador justo para los merecimientos de ambos equipos.
No entró bien Uruguay en la segunda mitad, ya que al principio mostró las mismas deficiencias que en la primera.
Sin embargo, a los diez minutos de juego, una falta lanzada con potencia y colocación por Diego Forlán puso el empate en el marcador. Era la primera ocasión clara de los uruguayos en la reanudación y en ella llegó la igualdad.
El partido mejoró. Forlán adelantó su posición y se situó como delantero, al igual que Cavani, por lo que la selección de Oscar Tabarez pasó a jugar con un cuatro-tres-tres, lo que le dio más profundidad y más intensidad, aunque también dejó más espacios para la contra de Ghana.
En cualquier caso, había mucho balón dividido y, aunque Uruguay recuperó la autoridad perdida en la primera mitad y se acercó con peligro a la meta rival, el partido estaba completamente abierto.
Como ninguno de los dos equipos fue capaz de cerrarlo, el partido necesitó de la prórroga tras noventa minutos con muchas sombras y pocas luces, en la que los errores, fallos y las pérdidas de balón pudieron con las acciones de calidad, que apenas se dieron.
En el suplementario, el partido se puso muy duro para los dos equipos. Era un encuentro de ida y vuelta, sin posesiones sostenidas de balón y sin un dominador claro. Lo único que tenía era despropósitos.
La jugada más destacada de la primera parte de la prórroga fue un posible penal sobre Abreu y, en la segunda, al mal juego de ambos equipos se unió en cansancio. Sólo una acción aislada podía resolver en el encuentro antes de los penales.
La hubo y no fue cuestión menor. Minuto 119. Mano de Luis Suárez en la línea de gol. Penal y expulsión. Lanzamiento de Gyan que se estrella en el travesaño. Desazón para Ghana, ilusión para uruguay. Luego vino la tanda de penales. Y allí ya se sabe, el festejo fue para los celestes...


Holanda dio la sorpresa y eliminó a un desconocido Brasil

BRASIL
1

VS

HOLANDA
2

PORT ELIZABETH, Sudáfrica - 02 de julio: Giovanni Van Bronckhorst de los Países Bajos reacciona al juego sucio de Kaká de Brasil el partido de la FIFA 2010 Copa del Mundo Barrio Sur África final entre Holanda y Brasil en el Estadio Nelson Mandela Bay el 2 de julio de 2010 en Nelson Mandela Bay / Puerto Elizabeth, Sudáfrica. (Foto por Lars Baron / Getty Images)

Julio 2, 2010
Nelson Mandela Bay Stadium

 ESPNdeportes.com

PUERTO ELIZABETH -- Holanda necesitó 36 años y ocho mundiales para infligir a Brasil una dura derrota, hoy de remontada por 2-1 en Puerto Elizabeth, que deja al equipo 'Orange' en semifinales y devuelve a casa a un equipo 'Canarinho' que avanzaba en el Mundial de Sudáfrica con paso de favorito.
La magia de la dupla Wesley Sneijder y Arjen Robben, y la desgracia de Felipe Melo, que volvió a jugar, puso un impecable pase para el gol de Robinho, pero anotó en meta propia y se fue expulsado a los 77 minutos, resumen el vaivén de un partido, por momentos bronco, por momentos de alto voltaje, que tiene gran historia.
Brasil había eliminado a Holanda en idénticas fases de octavos de final de los Mundiales de Francia'98 y Estados Unidos'94, y hoy los de Bert Van Marwijk se comieron fría la venganza.
Con similar actitud fría los holandeses se deshicieron de los brasileños en el Mundial de 1974, disputado en Alemania, la misma selección de Johan Cruyff, que recién criticó con dureza el juego de los pupilos de Dunga.
Ni pirotécnico, ni de desbordada técnica. Holanda planteó desde el pitido inicial un juego provocador de constante roce personal que en pocos minutos enseñó un partido cortado por las faltas.
Los brasileños entraron en un juego premeditado y perdieron los papeles.
Imagen significativa la de Robinho, a quien se le ha conocido más su blanca sonrisa, pero en una primera oportunidad bramando en el rostro de un rival mientras Nigel de Jong, su ex compañero en el Manchester City, intenta aplacar su ira.
La imagen se repetiría en el epílogo del partido, cuando de todo le dijo a Arjen Robben, que aguantaba minutos en el piso.
Ese pareció ser el combustible para elevar el juego de quien ahora juega como cedido del equipo inglés en el Santos.
A los ocho minutos le fue anulado un gol por posición irregular desde la que partió Daniel Alves para servirle el pase.
Pero a los 10 minutos comenzó a tallar su condición de figura del encuentro en Puerto Elizabeth al recibir libre de marca un pase profundo desde el punto central de la cancha lanzado por Felipe Melo, quien hoy volvió a la formación titular.
El balón llegó a la media luna, Robinho avanzó sin custodio a la vista y con pierna derecha y remate seco batió a Maarten Stekelenburg.
Dirk Kuyt tuvo el empate un minuto después pero su disparo al vertical derecho desde la banda opuesta fue desviado al córner por Julio César.
A continuación se vio una sucesión de duras fricciones entre piernas azules y naranjas. Por momentos parecía que el árbitro japonés Yuichi Nishimura perdía el control.
Apenas una tarjeta amarilla para Heitinga y Michel Bastos en el primer tiempo, poca muestra para tanta hostilidad que apenas era interrumpida por los destellos de técnica de los brasileños.
Pases cortos, rápidos, triangulaciones con la participación activa de Robinho, Luis Fabiano y Kaká, que en el Mundial de Sudáfrica ha dejado de lado el papel de figura para vestir el mono de trabajo.
La jugada más vistosa salió a los 31 minutos. Robinho se deshizo en una baldosa de De Jong y Van der Wiel, dejó también a Heitinga, y cuando caía por el roce, pasó el balón a Luis Fabiano, que de tijera sirvió en el centro del área a Kaká.
El del Real Madrid midió la parábola y la despachó hacia la escuadra izquierda a donde voló con acrobacia Stekelenburg para ahogar el grito de gol.
Y más combinaciones acrobáticas a las que se sumaron Daniel Alves y Luis Fabiano, o apariciones fantasmagóricas que pudieron terminar en gol como la de Juan con un remate por encima del horizontal, o la de Maicon que anidó el balón en la red exterior con un potente remate.
Esta jugada que cerró el primer tiempo hizo recordar el cuarto gol de la victoria por 4-1 de Brasil sobre Italia en el Mundial de México'70, en el cierre de ese capítulo glorioso en el estadio Azteca. Hoy Daniel Alves fue Tostao pero Maicon no tuvo la suerte letal de Carlos Alberto.
A los 55 minutos pase de Arjen Robben a Wesley Sneijder, quien despacha desde la derecha el balón con pierna zurda. El centro no parecía complicar, pero en el aire chocaron por falta de comunicación Felipe Melo y Julio César. Tremendo error compartido. Dolor para el portero que poco había sido exigido y nueva decepción para el centrocampista, malquerido por su juego truculento y quien ahora anotaba en propia puerta.
Brasil no fue más el mismo. Sus zagueros quedaron contagiados de una parálisis que tuvo otra nefasta consecuencia trece minutos después.
Córner desde la derecha impulsado por Robben, doble cabeza ante la mirada de los brasileños, primero de Kuyt y después de Robben para anidarla en el fondo de la red, establecer la remontada y comenzar a sentenciar el partido que se anunció como una final adelantada.
El Brasil de Dunga, que con tantas críticas de la prensa llegó a territorio sudafricano, pero que iba acallando con resultados las voces de los críticos, cayó hoy sin poder administrar un resultado favorable, en la misma fase que Francia les expidió el boleto de vuelta hace cuatro años, en el Mundial de Alemania.

miércoles, 30 de junio de 2010

España eliminó a Portugal y sacó pasaje para cuartos de final

ESPAÑA
1

VS

PORTUGAL
0
 Xavi de España Hernández, centro, abraza a su compañero Fernando Torres, segundo desde la derecha, como compañeros de equipo Xabi Alonso, izquierda, y Sergio Ramos pasar frente al final de la ronda de la Copa del Mundo de partido de fútbol 16 entre España y Portugal en el estadio de Green Point en Cape Town, Sudáfrica, Martes, 29 de junio 2010. España ganó 1-0. (Foto AP / Ivan Sekretarev)

Junio 29, 2010AGENCIA: EFE

Green Point Stadium, Ciudad del Cabo, Sudáfrica


 
CIUDAD DEL CABO -- Un nuevo gol de David Villa, el cuarto en cinco marcados por la 'Roja' en el Mundial 2010, clasificó a España a los cuartos de final, desbloqueando un intenso duelo ibérico con Portugal, y engrandeciendo a una selección que demostró su madurez a la hora de competir en un partido a vida o muerte.
Era una cita con la historia que marca la identidad de un equipo que busca ampliar su leyenda en la gran cita de Sudáfrica. Las grandes selecciones -Argentina, Alemania y Brasil- habían goleado en los octavos de final. Llegaba el turno de la campeona de Europa. Su físico no le da para amplias victorias pero su calidad le hacen estar entre las favoritas al título.
Liberada del miedo al fracaso, de la tensión generada por el mal estreno en el Mundial, España saltó al césped del Green Point Stadium con personalidad. Era la hora de mostrar un estilo, de aprovecharse de tener enfrente un rival que hablaría el mismo idioma. Alejados de marcajes individuales, debía imponer su fútbol, fulminar la fuerza defensiva de Portugal.
Llevaba la selección de Carlos Queiroz 19 partidos sin perder. Un dato que habla por sí solo de un grupo disciplinado de jugadores que da el salto de calidad cuando Cristiano Ronaldo entra en contacto con el balón. Llovió todo el día en Ciudad del Cabo hasta la hora del duelo. El césped estaba rápido. Mediría el nivel físico de la 'Roja'. Beneficiaba al astro luso que no tuvo su noche.
Del pase en largo en el saque de centro de los tres partidos de la fase de grupos, España pasó a sacar en corto. Era un mensaje. Hoy tendría espacios para asociarse en corto. La lucha estaba en el doble triángulo en la medular. Busquets, Xabi Alonso y Xavi ante Pepe, Tiago y Meireles. El vencedor decantaría el partido o quedaría expuesto a una acción individual. A una moneda al aire.
La salida con fuerza de España obligó a Eduardo a mostrar por qué no sufrió un gol en el Mundial pese a estar en el grupo de la muerte. Respondió en los tres primeros minutos a dos disparos de Fernando Torres y Villa. En pleno dominio español, el 'Niño' era derribado dentro del área por Coentrao tras un autopase.
Portugal se resguardaba del chaparrón de fútbol. Se amparaba en su arquero que volvía a sacar con dificultades un disparo raso de Villa. La defensa encimaba a Cristiano. Buscaba que no recibiese en carrera. Un sistema de ayudas que dio éxito. El árbitro, permisivo, dejaba jugar. Ronaldo le perdonaba la vida con la mirada en cada acción que caía al césped y la falta no era señalada.
Superó el agobio Portugal gracias a dos saques de esquina, dos faltas que pegó Cristiano desde cualquier rincón del campo, por muy alejado que esté. España mantuvo el dominio pero sólo Villa lanzó desmarques de ruptura. El juego de la 'Roja' se fue espesando. Faltaba verticalidad. Iniesta no encontraba su magia en el pase entre líneas y las ocasiones desaparecieron.
En ese guión estaba más cómoda Portugal. Pepe 'rascaba' en cada acción. Es más futbolista de central, pero Queiroz le explota en la destrucción del juego rival. El peligro llegó en los botines del que estaba siendo mejor lateral zurdo del Mundial, Fabio Coentrao. En sus subidas al ataque siempre inquietó. O fue frenado en falta o lanzó peligrosos centros. Dos acabaron en testarazos de Hugo Almeida que metieron el susto en el cuerpo de los españoles.
Fue el primer día que Iker Casilla midió su nivel. Inseguro en las faltas de Cristiano por los extraños del esférico y en un potente disparo de Tiago que sacó en doble intervención, la segunda cuando el balón se encaminaba a la red con la potencia de Almeida.
Las llegadas de España dejaron de acabar en disparos al arco. Xavi y Villa lo intentaron. Alonso, que llegó tocado en el tobillo, no encontró su espacio. Faltaba la profundidad que da Cesc.
Se reanudó la segunda parte con el mismo guión. A España le faltaba chispa. Hasta Almeida, que no brilla por su velocidad, se fue en carrera de la zaga y en su pase a Cristiano se topó con Puyol con un balón que se envenenó para pasearse por la zona de gol sin encontrar el arco. Lo vio Queiroz y sacó al tapete la habilidad de Danny. Un 'diablo' que quiso aprovechar los balones muertos que hasta ese instante perdía por milímetros la 'Roja'.
La reacción de Del Bosque fue un gesto de personalidad. A los 58 minutos sentó a Torres y rompió con el pasado. En vez de apostar por Cesc y adelantar a la zona del 9 a Villa, apostó por Fernando Llorente que no había jugado un solo minuto en todo el Mundial.
El primer balón que tocó cambió el guión. Un centro preciso de Ramos desde el costado derecho lo remató en plancha con potencia, pero poca colocación. Sacó con el cuerpo Eduardo. España pasaba a tener un ancla arriba. Una referencia.
La siguiente acción con Llorente fijando a los dos centrales, el mago Iniesta salió de la lámpara para inventar un pase al borde del área, donde a muchos se les apagan las luces rodeado de rivales, Xavi prolongó la brillantez con un taconazo y Villa ejecutó. Su primer disparo con la zurda lo sacó Eduardo que desde el suelo vio que se colaba a gol el remate con la diestra del 'Guaje'.
El quinto tanto de España en el Mundial 2010. El cuarto de Villa, el futbolista que engrandece a la selección. El gol desató el fútbol control de los hombres de Del Bosque. Portugal se desesperaba. Sufrió un cortocircuito en la construcción y corrió detrás de sombras. El duelo estaba ya estaba anestesiado.
No volvió a sufrir España. Pudo sentenciar gracias al coraje de Sergio Ramos. Iniesta vio una de sus subidas, recortó en carrera y su zurdazo lo sacó en una gran intervención Eduardo, antes de que el esférico se marchase rozando el palo. Villa chuta desde cualquier sitio y siempre crea peligro. Dos derechazos dieron aún más brillantez al portero luso.
Murió el encuentro con un gesto significativo. Con Portugal buscando el milagro, Cristiano pateó desde 40 metros. Su desviado disparo recibió los abucheos de la grada. Fue uno de esos partidos en los que muestra su impotencia. Se despidió del Mundial por detalles de España. Una selección que en la Eurocopa encontró el camino del éxito. Lo mantiene con retoques y sabe competir. El gran sueño se alimenta y crece. Paraguay espera en cuartos de final.



Antes de festejar, Paraguay tuvo que sufrir: pasó a cuartos por penales

PARAGUAY
0 (5)

VS

JAPÓN
0 (3)

Pretoria, Sudáfrica - 29 de junio: El equipo de Paraguay celebrar la pena de Oscar Cardozo, ya que ganar una tanda de penaltis durante la Copa Mundial FIFA 2010 de Sudáfrica ronda de octavos partido entre Paraguay y Japón en Loftus Versfeld Stadium el 29 de junio 2010 en Pretoria, Sudáfrica. (Foto: Clive Rose / Getty Images)

Junio 29, 2010ESPNdeportes.com

Loftus Versfeld Stadium, Pretoria, Sudáfrica




PRETORIA - Los remates desde el punto del penal ejecutados sin equivocaciones y sellados con el último disparo del atacante del Benfica, Oscar Cardozo, llevaron a Paraguay a romper la barrera de octavos y alcanzar, por primera vez en su historia, los cuartos de final de un Mundial, donde se encontrará con España o Portugal.
La historia saldó la deuda con el cuadro guaraní. En Paraguay no olvidan Francia 1998, también en esta fase, tras superar la ronda inicial, cuando el ahora desaparecido 'gol de oro' terminó con los sueños del conjunto sudamericano. Entonces, Laurent Blanc, futuro seleccionador galo, echó por tierra las esperanzas paraguayas, que afrontaba en Sudáfrica su cuarto intento por derribar la barrera de octavos.
Nunca había tenido Paraguay tan cerca su encuentro con la historia. Crecido por una primera fase meritoria, en la que no perdió ningún partido, y ante un rival distanciado de la tradición y del poderío que se presume a estas alturas de torneo.
Lo que había en juego condicionó la puesta en escena de ambos. La cita con la memoria de las dos selecciones llenó de precauciones a sus futbolistas en el campo. Incapaces de asumir riesgos por temor a un error irreversible. Japón, condenado al final por el error en los lanzamientos de Yuichi Komano, tampoco había superado jamás los octavos de final, su mejor registro, logrado en el 2002, cuando con Corea del Sur compartió organización.
El entrenador argentino responsable de Paraguay, Gerardo Martino, optó por la decisión natural para sustituir a Víctor Cáceres, un fijo hasta ahora en conjunto guaraní que se perdió el choque por tarjetas. Néstor Ortigoza ocupó su sitio para auxiliar a Enrique Vera y a Cristián Riveros, quien no terminó por hacerse con el ritmo del partido.
La presión de Japón incomodó a Paraguay desde el principio. Además, los dos prematuros intentos de Yoshito Okubo, primero, y de Yuichi Komano, después, advirtieron al conjunto sudamericano sobre las consecuencias de cualquier pérdida de balón.
Por eso Paraguay estuvo cauto. Durmió el manejo de la pelota. Pero la primera ocasión clara fue suya, en los pies de Lucas Barrios. El delantero sacó provecho de una pared con Ortigoza para situarse delante del arquero Lelji Kawashima, que rechazó con los pies.
Japón respondió con una amenaza mayor que la de su adversario. Un disparo de media distancia de Daisuke Matsui que pegó en el travesaño del arco defendido por Justo Villar.
Después, Roque Santa Cruz remaó afuera el rebote tom ado de un córne. Pero fue el cuadro de Takeshi Okada el que llegó con más seriedad. Como cuando Keisuke Honda pecó de egoísmo para finalizar una rápida jugada realizada por Daisuke Matsui. Lanzó fuera con Yoshito Okubo a su lado.
Paraguay dispuso de un control ficticio. Las oportunidades no le llegaban a pesar de las tres puntas pretendidas por Gerardo Martino. Santa Cruz y Barrios, acompañados de Edgar Benítez, desde el inicio, en vez de Nelson Haedo Valdez u Oscar Cardozo.
El partido demandaba algo más de lo expuesto por ambos hasta el momento. Un gol, por ejemplo, que obligara a alguno a asumir riesgos. Pudo llegar de la cabeza de Cristián Riveros en el arranque del período, tras un centro de Claudio Morel Rodríguez. Pero el arquero nipón lo vio con tiempo.
La entrada de Haedo Valdez no mejoró el aspecto de su equipo. Luego, el ingreso de Edgar Barreto, en lugar de Ortigoza, hizo cambiar el dibujo táctico a su entrenador. Reforzó el medio campo. Pero no fue suficiente la apuesta en un partido sin ritmo. Es más, en el tramo final, Japón añadió peso sobre su ataque y, por medio de balones aéreos, buscó una última solución antes de la prórroga.
El tiempo extra no llevó más fútbol al estadio Loftus Versfeld de Pretoria. Aunque sí más acoso paraguayo, que pudo marcar en una acción de Haedo Valdez que volvió a desbaratar Kawashima, mientras Japón se abusaba de los recursos del balón parado.
Ni siquiera el gasto físico abrió el partido. Cerrado desde el principio. Shinji Okazaki dispuso de otra opción con una buena jugada. Pero no encontró aliado alguno entre sus compañeros para la finalización.
Entre tanto desacierto y tanta tensión, los penales fueron la única alternativa para terminar con el equilibrio. Eso sobrevino con un desacierto, más precisamente de Komano. En las ejecuciones Paraguay estuvo impecable. Nadie falló. Ni Edgar Barreto, ni Lucas Barrios, Cristian Riveros, Nelson Haedo Valdez y, especialmente, Cardozo, quien, con aplomo y con llamativa frialdad, ejecutó el remate que llevó a su equipo a situarse entre los ocho mejores del 2010.